miércoles, 8 de enero de 2020

La dictadura de Primo de Rivera

El golpe de Estado


Imagen de Miguel Primo de Rivera
El general Primo de Rivera adujo numerosos motivos para justificar la necesidad de ese acto ilegal, como la violencia social, la radicalización del catalanismo, el descrédito del sistema parlamentario y la inexistencia de una oposición política eficaz.

El golpe fue aprobada por el rey Alfonso XIII y contó con el apoyo de los sectores conservadores sociales, de esa manera el ejercito instauró una dictadura militar.




                                                                                                                       

El Directorio militar


En una primera etapa Rivera asumió todos los poderes al frente de un Directorio militar que dejó suspenso la constitución, disolvió las Cortes, prohibió los partidos políticos e introdujo la censura de la prensa, además de disolver las diputaciones.

Imagen de Abd-el-Krim
Para restablecer el orden social, se abolieron las libertades y se intensificaron las acciones represivas contra los sectores más radicales del movimiento obrero. Se organizó una milicia especial de defensa, basada en el sometent catalán. Además se aplicó una dura política contra los nacionalismos periféricos, que fue especialmente anticatalanista y se suprimió la Mancomunitat de Cataluña y se prohibió el uso público del catalán.

Mientras tanto el problema marroquí se resolvió favorablemente gracias a una ofensiva militar conjunta entre tropas españolas y francesas. El éxito del desembarco en la bahía de Alhucemas condujo a la rendición del lider rebelde Abd-el-Krim.                                                                                                                                                                                                                
                               




El directorio civil 


Se constituyó en 1925 como un consejo dirigido por Primo de Rivera e integrado exclusivamente por militares y por miembros del único partido legal, la Unión Patriótica. Emprendió una política social y económica intervencionista, que logró un aparente éxito, en parte respaldado por la positiva coyuntura económica internacional, que favoreció el mantenimiento del régimen dictatorial hasta 1930.



La oposición a la caída del dictador


Dada la ilegalización de los partidos políticos muchos intelectuales se exiliaron o fueron desterrados, esto junto a otra serie de eventos provocó que la oposición a la dictadura fuera creciendo progresivamente hasta alcanzar todos los sectores políticos.

A partir de 1928, se intensificarón las críticas a la dictadura a causa de la crisis económica. En este clima de malestar y creciente oposición al régimen, el rey Alfonso XIII quiso evitar que la opinión pública nacional e internacional identificara a la monarquía con la dictadura, por esta razón retiró su apoyo a Primo de Rivera, lo que llevó a la dimisión del dictador el 28 de enero de 1930.



La caída de la monarquía

Tras la dimisión del dictador, el rey quiso retornar al sistema del turno. Alfonso XIII encargó el gobierno al general Dámaso Berenguer, un Gobierno que iba a pasar la historia como la dictablanda.

Imagen de Damaso Berenguer
A mediados de febrero de 1931, el rey sustituyó al políticamente aislado Berenguer por el almirante Juan Bautista Aznar con el cargo de convocar elecciones a Cortes Constituyentes. El plan de retorno a la democracia contemplaba que, antes de estos comicios, se realizaran elecciones municipales el 12 de abril. En estas se produjo la victoria de las candidaturas republicanas en las ciudades, lo que fue acogido con euforia por la población, mientras el monarca decidía abandonar el país.                                                                                                                                                                 



                                                                                                                  









No hay comentarios:

Publicar un comentario